Nuevo urbanismo (en inglés: New Urbanism pronunciado /ˈnu ˈɜ˞bəˌnɪzəm/) es un paradigma de diseño urbano posmoderno desarrollado a inicios de 1980 que aspira a promover una comunidad unida con vitalidad, accesibilidad y eficacia; rectificando la discriminación económica y racial asociada a los suburbios. Este paradigma propone un diseño físico que promueva la proximidad peatonal (caminatas de cinco a diez minutos) a tiendas, empleos e instalaciones comunitarias, núcleos públicos, viviendas de alta densidad y usos mixtos.[1] Este movimiento arquitectónico está regulado por el Congreso para el Nuevo urbanismo; que en su carta fundacional lo divide en tres ámbitos: la región, el barrio y la manzana.[2]
Este movimiento critica los suburbios por el inevitablemente alto nivel de tráfico individual con el correspondiente consumo de recursos debido a la falta de facilidad para los peatones y los altos costes de las grandes infraestructuras (carreteras, electricidad, alcantarillado), la expansión urbana del paisaje y el anonimato de los barrios con poca vida urbana.